Granada y su área metropolitana vuelven a estar en alerta después de una sucesión de terremotos en los últimos días. De hecho la ciudad se acostó el martes con hasta veinte terremotos, algunos de ellos con más de cuatro puntos en la escala de Richter. La ciudad de Andalucía lleva en esta situación desde finales de 2020, por lo que son muchos los que se preguntan por qué se están registrando tantos terremotos en Granada estos días.
Según afirman desde la Universidad de Granada, estos seísmos se deben a la aproximación continua de cuatro a cinco milímetros al año entre las placas eurasiática y africana, situadas bajo las localidades de Atarfe y Santa Fe, que precisamente son las que están siendo epicentros de los últimos terremotos.
Según ha explicado en un comunicado el investigador de la UGR Jesús Galindo, los terremotos de la Vega de Granada «se producen como consecuencia de la liberación brusca de la energía acumulada en las fallas debido a este movimiento entre placas«. Además, en esa zona coinciden varias fallas (Atarfe, Pinos Puente y Santa Fe) que son dinámicas, se encuentran cerca una de la otra y están «bien expuestas» en la superficie, lo que favorece la repetición de seísmos que se ha vivido en los últimos días.
Los periodos de mayor actividad sísmica, como el vivido estos días en Granada, corresponden a enjambres de terremotos, con numerosos seísmos, de diferentes magnitudes en localizaciones cercanas y se desencadenan cuando «la actividad de una falla produce un efecto dominó y dispara la actividad de otras fallas próximas”, apunta Galindo.
«Los eventos recientes están relacionados con la actividad de fallas normales de dirección noroeste-sureste localizadas en el entorno de Santa Fe», asegura el investigador de la Universidad de Granada. Estas fallas están bien expuestas en el borde del bloque elevado de Sierra Elvira y afectan a rocas compactas (calizas, dolomías y esquistos). Los segmentos de falla más superficiales suelen tener deformación progresiva y asísmica y pierden buzamiento (inclinación de filón o capa de terreno) en profundidad hasta enraizarse en una extensa zona de falla de bajo ángulo aproximadamente de diez a doce kilómetros de profundidad.
Los periodos de mayor actividad sísmica como el actual corresponden a enjambres de terremotos, con numerosos seísmos, de diferentes magnitudes en localizaciones cercanas
Jorge Galindo, investigador de la UGR
Según Galindo, la sismicidad de mayor magnitud se produce entre tres y doce kilómetros de profundidad y la Vega de Granada, fracturada en su interior, constituye el bloque superior de esta zona de falla que desliza hacia el oeste-suroeste.
De acuerdo a los datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), desde principios de diciembre de 2020 se registran en Granada una serie de terremotos superficiales al noroeste de la ciudad, en el entorno de las localidades de Atarfe, Pinos Puente y Santa Fe. Se trata de terremotos superficiales, con una profundidad menor de 10 kilómetros y magnitudes mayoritariamente menores de 2,5.
Ante esta situación, el IGN recomienda tener preparado un botiquín de primeros auxilios, unas linternas, botellas de agua y comida. Además, destaca la importancia de saber cómo se cierran las llaves de agua, gas y luz y los números de teléfono de servicios de emergencias. Por último, recomienda que se deben asegurar firmemente los objetos que puedan ocasionar daños y no colocar en zonas altas objetos pesados.
A modo de guía, el Instituto ha elaborado una serie de carteles en los que explica cómo actuar ante nuevos seísmos en la ciudad de la Alhambra.
Así, cuando comience el temblor, el IGN recomienda agacharse, esconderse bajo una mesa y agarrarse a la pata de la misma. Cuando termine, debes cerrar las llaves de agua, luz y gas y evitar el uso de ascensores.
Si el seísmo te deja atrapado, cúbrete la boca y la nariz, evita gritar y golpea con un objeto para indicar tu posición. Si hay heridos, el Instituto pide que no se muevan.